Era de tarde y la amenaza de lluvia se avecinaba sin otro remedio que disfrutar el idílico espectáculo de verla caer a raudales. Acomodada en la engalanada terraza de la casa de Mireya, su abuela materna, alcanzo a ver su figura menuda y la mirada de sus ojos que traslucen cierta timidez propia de la adolescencia. Ya lo había escuchado por primera vez el 17 de diciembre del pasado 2014, exactamente el día que regresaron a la Patria 3 de los CINCO cubanos antiterroristas presos en las cárceles norteamericanas, mientras nos alistábamos para asistir al concierto que ofreció Vicente Feliú en el Centro Hispanoamericano de Cultura; el jovencito trovador amante de las canciones de Santiago Feliú, nos cantó su mundialmente conocida Para Bárbara.
-¿Desde cuándo te interesaste por la música?, fue mi primera impensada pregunta mientras caía la lluvia.
Desde muy pequeño, recuerdo que mi madre escuchaba a Silvio Rodríguez y hasta me llevó a verlo en el concierto de mi barriada de Mantilla. Ella escuchaba música de otros trovadores y aquellas letras y sonoridades me cautivaron a pesar de mi edad. Como es de suponer no me sabía muchas de sus canciones; pero cuando tenía 11 años aproximadamente me interesó el tema de hacer música e interpretarla yo mismo.
-¿Y escribir canciones?
Hacer la letra y los acordes de mis canciones me llegan con la necesidad de expresión; siento inquietud por decir lo que pienso y mostrar lo que me parece importante en la sociedad o en la vida cotidiana, es al menos lo que me impulsa a componer. Soy sincero en cada canción que hago y a la hora de escribir siempre trato de no imponerme prejuicios que cambien el sentido de lo que quiero decir. Siguiendo esta propuesta ya tengo 20 composiciones.
No puedo calificar como preferida alguna de mis canciones, sería como dejar huérfanas a las demás, por supuesto hay algunas que me gustan más que otras, pero las prefiero a todas. Ellas son como hijas mías, yo me siento el padre de ellas.
Tampoco, puedo decir, que me incline por algún género especifico, aunque es muy temprano, ahora es que comienzo a conocer el mundo de la música, pero opino que toda música bien hecha es inolvidable; ahí tenemos el ejemplo de esa gloria de Cuba que es Sindo Garay. Lo que sí creo importante es el consumo de música que aporte al pensamiento y refleje realidades en contenido, siempre que se hagan e interpreten con respeto, van a ser recibidas con cariño por el público.
-Ahora que me mencionaste a Sindo Garay ¿Te gusta la trova tradicional, la escuchas?
Sí; claro que me gusta es una música que no pasa, lo difícil es conseguir una buena grabación y pienso que debiera difundirse más a través de la Radio e incluso que se vendieran más discos a precio racional y alcanzable. Por lo menos para mí que aún soy un estudiante. Me gusta la trova tradicional, añoro tener más discos y nutrirme de buena música que ha marcado épocas en la historia de la cultura cubana.
-Me cuentan que grabas tu primer disco, háblame de él.
En estos momentos grabo mi primer disco que estará listo dentro de dos meses más o menos. Está conformado a guitarra y voz solamente con el objetivo de recrear la esencia de la Trova, del trovador con su guitarra, desde una perspectiva personal y en él aparecen 10 números todos de mi autoría. Recibo clases de música con el Profesor Carlos Hernández Calzada.
-Aunque muy escueto, por el brillo que toman ahora sus ojos estoy convencida de me habla con pasión desmedida de su primer disco; como si todas sus energías estuvieran volcadas en lograrlo muy pronto. Tras una breve pausa, le comento que la lluvia aprieta más y más, él sonríe y me comenta: ¡Pero aquí no te mojas! Nos reímos y aprovecho el filón y discretamente le pregunto si tiene novia y un sí radical retumba en mis oídos; me sonrió como para no profundizar en el asunto. Acto seguido, le menciono a la familia y abordo sus comentarios sobre el país y por la juventud.
Frank se sonríe con picardía y con voz grave y visiblemente emocionado resalta: ¡Mi familia es mi sustento y mayor riqueza! Mi hermana, mis primos, mi tía, mi abuela, todos, pero mi mamá es lo máximo, ella ha sido muy valiente, me ha guiado con sabiduría y entereza todos estos años de mi vida, me apoya para hacer realidad mi vocación, ella sueña conmigo mis canciones, se las canto y las disfruta. También considero que el reencuentro con mi padre luego de algunos años de lejanía, ha tenido un impacto positivo, concluye.
Por mi parte no profundizo ni le insisto; me interesa mucho el joven trovador para asustarlo con preguntas difíciles. Toma aliento y prosigue; “Para mí la Revolución está en todo lo que hacemos. Las canciones son Revolución, la Educación es Revolución, la Salud es Revolución, el pueblo es la Revolución”.
Me parece que todo esfuerzo cuenta para seguir tallándola mejorándola, haciéndola más firme. No recuerdo dónde vi escrita esta frase y con dispensa de su autor la hice mía “con la luz de la música se ilumina también el camino de la Patria”. Coincide con mi punto de vista. Opino que La juventud cubana --en mi modesto criterio- necesita crear conciencia de lo que pasa; por ejemplo: el acercamiento y cumplimiento de los acuerdos de este recién concluido X Congreso de la UJC es vital para conocer y encontrar novedosas soluciones. Pienso que se necesita interés e iniciativa para salir adelante en cualquier campo y eso es lo que tiene que buscar y defender la juventud cubana; y prosperar y defender sus convicciones; esta es nuestra Patria y nuestro deber es cuidarla y defenderla.
Sobre sus proyectos me cuenta Frank Mitchel Chirino Hernández que le gustaría estudiar Sociología en un futuro cercano y que en el próximo septiembre cursara el 11 grado en el Instituto Pre Universitario Carlos Pérez en la capital cubana, donde obtuvo por sus méritos la militancia en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas. Disertamos sobre el amplio horizonte de los estudios sociológicos y se percibe maduro a pesar de su corta edad, aunque sin dejar de lado sus aspiraciones estudiantiles reafirma: - Veo mi futuro encima de un escenario, trato de imaginarlo y no veo más que mi guitarra y mi voz delante de un micrófono…, en fin, veo mi futuro trovando.
-¿Serás entonces un sociólogo trovador? Se encoge de hombros como si no quedara alternativa y sonríe a carcajadas y para que no me olvide de su sueño resuena su torrente de voz:
¡Estás invitada para la presentación de mi primer disco y sonríe con picardía!
Él y yo disfrutábamos nuestra alegría, él por sus éxitos, yo por haber logrado una buena conversación con cierto aire de complicidad; ¡Claro que allí estaré no me pierdo ese acontecimiento, pensaba, al tiempo que la lluvia amainaba para regalarnos una fresca brisa que nos acariciaba el rostro como presagio del bello futuro que está por llegar.
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