Aleida Godínez Soler.
(Especial para www.cubaimagenyvoz.vox.com)
Osmary Fustiel es un profesional joven con una larga historia en el quehacer danzario. Tiene una capacidad especial para atraer el éxito y conjurar la mala suerte. Verlo rodeado de sus 20 niños, imponiendo disciplina, seriedad, responsabilidad y profesionalidad es un verdadero espectáculo que va más allá de los pasos acompasados con un depurado estilo, pletórico del criollismo de sus bailarines, pequeños bufones sin antifaces ni secretos, cual privilegio del arte por el arte, por el culto al arte.
Creado el 19 de septiembre de 1999 por Yadira Molina, funcionaria de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, otrora Santa María del Puerto Príncipe y compañera en la vida de Osmary, fue concebido a partir de la necesidad de vincular a los niños con la plástica, el teatro, la música y la danza, en una suerte de proyecto artístico, vinculado al patrimonio cultural cubano.
Formado por niños cuyas edades oscilan entre 7 y 14 años, que estudian la enseñanza primaria unos y la secundaria otros, la idea fue concebida inicialmente para dar tratamiento especializado a aquellos con problemas de conducta, desatención familiar y bajo índice académico que después de diez años se ha convertido en una necesidad vital para los infantes que en una u otra época han participado del proyecto.
Como parte de su preparación su Director, Ex Bailarín del Ballet Provincial de Camagüey, Diplomado en Coreografía y Dirección Artística, imparte cuatro veces a la semana Talleres de Apreciación e Historia de la Danza, donde participan los padres de los pequeños bailarines, lo que en el decir de Osmary “...constituye un paso importante en la recuperación de la disciplina y el rendimiento escolar”.
Gran parte del éxito del grupo se debe a la constancia de alumnos, padres y profesores, quienes evalúan sistemáticamente su comportamiento en las aulas, exigiéndoles máximo aprovechamiento cada día. Los pequeños por su parte, luego de cumplir sus deberes educacionales, ensayan dos horas diarias, lo que sin dudas constituye un factor importante en sus avances en el campo de la danza.
Mayelín Rosabal, madre de Cindi Pérez declaró en exclusiva “…que su niña no quiere abandonar las clases de baile, que se siente mal cuando no baila”, razón por la cual ella le apoya en todos los sentidos. Fue seleccionada por el Consejo de Padres para acompañar a los pequeños en su viaje a la Ciudad de La Habana, donde participaron en el Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos que cerró sus puertas este 19 de abril en la capital cubana.
Al indagar con Yadira acerca de cómo seleccionaban a los niños, nos explicó “…que cada año a partir de la creación de la Oficina del Historiador en el mes de agosto se libra una convocatoria, para captar niños, que deben pasar rigurosas pruebas de aptitud en las diferentes manifestaciones”, “…para ello se entregan planillas teniendo en cuenta de manera muy especial a aquellos que presentan dificultades y que lógicamente tienen problemas emocionales, los que son conocidos en sus comunidades y centros de enseñanza. A partir de su inserción en el grupo, la OHC asume los gastos de ropa, vestuario, y en ocasiones cuando se presentan fuera de la localidad la alimentación y alojamiento, contando siempre con la invaluable ayuda de los padres que demuestran especial interés en el proyecto”.
Yuri, Ángel Cristian, Víctor, Yesenia, Roger, Laura, Yoidel, Luis, Liubel, Cindi, Laritza, Jessica, Arisdai, Cintia, Francisco, Surami, Odarqui, Yanelis y Eduardo, son los bailarines que hicieron las delicias del público habanero la tarde del 18 de abril como parte del evento internacional que tuvo por sede la rejuvenecida Habana Vieja, Patrimonio Cultural de la Humanidad, cuando representaron magistralmente escenas de la música cubana en una mezcla de lo popular con lo folklórico.
En los próximos días la algarabía, las risas infantiles y la buena música se adueñará de su nueva sede situada en el numero 161 de la calle Independencia entre Martí y Hermanos Agüero, a escasas cuadras del histórico Parque Agramante de esa hermosa ciudad situada hacia el oriente de la isla a mas de 500 kilómetros de La Habana.
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